- FECHA
- 31/12/1955
- REMITENTE
- Francisco Ayala
- DESTINATARIOS/AS
- Eduardo Mallea
- DESTINO
- S.l.
- ORIGEN
- Nueva York
- FICHA DESCRIPTIVA
[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] PRINCETON UNIVERSITY / PRINCETON, NEW JERSEY / Department of Modern Languages and Literatures
- DEPÓSITO DEL ORIGINAL
- Archivo Eduardo Mallea
Carta de Francisco Ayala a Eduardo Mallea (31/12/1955)
Nueva York, 31 diciembre 1955.
Querido Eduardo:
Acabo de recibir tu carta “oficial” invitándome a colaborar en la nueva fase de La Nación, y la he contestado enseguida en la forma que verás por la copia adjunta. Pero no quiero limitarme a esa respuesta, sino expresarte mi gratitud por el afecto y nunca desmentida amistad que me muestras, y a los que puedes estar seguro que correspondo con creces; pues pasan los años, y tú eres y sigues siendo uno de los pocos seres humanos que para mí cuentan de veras, y cuya ausencia siento, pues la comunicación epistolar es siempre deficiente... y no digamos cuando el corresponsal eres tú, porque entonces es cosa de reirse.
Supe por Valmaggia, que estuvo aquí en casa durante su paso por Nueva York, el cargo que te habían dado, y lo comentamos con alegría. Le encargué que te diera un abrazo de mi parte, cosa que, naturalmente, se habrá olvidado de hacer. Ahora, no sé dónde te alcanzará esta carta; pero en todo caso me gustaría tener unas lineas tuyas con tu dirección más permanente en Europa, pues no sería nada dificil que a mediados de año podamos encontrarnos. Para entonces creo que podré tener una que llaman licencia sabática y que consiste en un año con sueldo completo, y estoy proyectando pasarla en el norte de Africa, observando aquel mundo en ebullición; pero antes, claro está, me daré una vuelta por el continente europeo, tanto más, que mi hija, ya para entonces arquitecta, probablemente pasará un año estudiando en Italia.
Quizás recibirías antes de salir de Buenos Aires un ejemplar que hice enviarte de mi nuevo librito, Historia de macacos, publicado por la Revista de Occidente. Hay en él varias novelas cortas que tú ya conoces, y otras que no. Es la misma colección que me había pedido Goyonarte [sic], y que le di con cierta renuencia, porque deseaba, como al fin lo he hecho, publicarlo en España para experimentar la reacción, que ya por lo que se refiere a la censura no deja de ser curiosa. Cuando Goyanarte rompió con Victoria le retiré el libro, que él quería publicar en su nueva editorial; y por supuesto Sur no se creyó en el caso, ni por mero cumplido, de ofrecerme editarlo...
Ahora estoy metido en una novela larga, que espero adelantar durante los próximos meses de residencia en la selva, así como también terminar un librucho sobre la materia del libro que estoy dictando en Princeton; algo que irá bien, quizás, en los Breviarios del Fondo. Entre todas estas cosas, irá saliendo la colaboración a que ahora me comprometo contigo para La Nación, y que será prácticamente exclusiva, pues como puedes imaginarte no me quedará demasiado tiempo para nada más. Esta colaboración, voy a emprenderla con cariño y entusiasmo, pues vale la pena luchar por que se restablezca el tono intelectual de Buenos Aires que, tras la pasada experiencia, no puede seguir alimentandose de preciosismos y jugueteos. Si uno puede ayudar en algo, debe de hacerlo.
De parte de todos nosotros reciban ustedes dos la afectuosa expresión de nuestros sentimientos de Año Nuevo, con lo mejores augurios y un abrazo de
Francisco Ayala.-