Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (28/01/1965)
28 de enero
de 1965
Querido
Ricardo:
Quiero
contestar a tu carta del dia 15 antes de que las clases vuelvan a agarrarme, y
después de haber soltado yo el paquete de los exámenes.
Ante
todo, mis felicitaciones por esa oficina (que supongo contará, entre su
elegante mobiliario, con una suntuosa secretaria bilingüe, aunque tu carta
caligráfica me deja en alguna duda al respecto). A mí también me han prometido
una oficina, y ha de ser verdad que piensan dármela, pues el tercer año que me
la prometen, con exhibición de planito y todo… Uno de estos años me la darán,
estoy seguro.
Me
alegro del acuerdo general a que has llegado, coincidiendo con mis propias
apreciaciones, sobre las tarifas de derechos de Anaya. Espero carta de
Ruipérez. Por lo pronto he recibido una –largo tiempo adeudada– de Correa
Calderón, donde vágamente me habla de mis posibles colaboraciones. Esperemos.
En
el dia de la fecha recibo una misiva de Jorge Cela donde me anuncia el envio
inmediato de dos ejemplares de mi novelita, que ahora se llama El rapto, y no por el nombre del
protagonista, “Vicente de la Roca”, y que, por lo visto, ha ocasionado una
pelea de Camilo José con la censura que deseaba arañar su inocente texto.
Entiendo que por fin ha salido de sus manos sin arañazos. Veremos. ¿Tú ya
enviaste la tuya? Manolo parece que está rehaciendo lo que se proponía darles,
pues le resulta demasiado corto.
Javier,
tu sobrino, me ha enviado el ‘paper’ que elaboró bajo tu férula sobre este
servidor de dios y de usted. Lo he leido, y voy a contestarle cuando tenga un
poco de tiempo haciéndole las observaciones que me parezcan pertinentes. Y
dándole las gracias, por supuesto. Yo creo que de ahí puede sacar un buen
artículo, para gloria suya y mia, y secreta satisfacción tuya como Deus ex
machina.
Tuve
noticias de Jorge, dispuesto, en efecto, a pedir un año de licencia sin sueldo,
en la UPR para aceptar ese empleo; y agradecido a tí y a mí por haberle
aconsejado lo que, al fin y al cabo, es sensato y le conviene. Según parece,
tampoco Aurorita está en condiciones de terminar su tesis para la fecha fijada,
y esto ha de haber contribuido muy poderosa, quizás decisivamente, a la
resolución adoptada.
Supongo
que no has de jar [sic] pasar
demasiados dias sin escribirme, y que lo harás con tanta extensión como yo, por
avergonzarte de tu parquedad, lo hago.
Nina
te envia sus cariñosos saludos, y yo un abrazo.
Ayala.-
Noticia: la
Limes Verlag me ha comprado los derechos para publicar en alemán La cabeza del cordero.