Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (22/08/1970)
22 de agosto de 1970
Mi querido Ricardo: Me entero por Manolo, a quien pregunté
por tu paradero, de que acabas de llegar a Austin, y te escribo enseguida, pues
durante todo este tiempo he estado deseoso de establecer contacto contigo, aunque
sea en la forma tan defectiva de la correspondencia postal, que, sin embargo,
he estado rehuyendo desde que nuestro amigo, por encargo tuyo, me informó de
las cuitas que te afligian. Imaginarás cuanta gana tengo de que, mano a mano, podamos
hablar de todo, por más que los habituales remedios de todo sufrimiento humano,
tiempo, distancia, etcétera, hayan traido al tuyo lenitivo y quizá inesperados
consuelos. En fin, basta de esto por carta. Ya hablaremos, cuando se nos depare
la deseada oportunidad, que espero sea pronto.
Nosotros estuvimos en España toda la familia, incIuso la párvula,
que asistió durante todo el tiempo a un Kindergarten donde se ejercitó en el
uso de la lengua materna (es decir, de su madre); pero hace ya casi un mes que
estamos aquí, disfrutando de los calores casi insoportables del agosto
neoyorkino. Durante este lapso no he escrito apenas nada: sólo unas pocas de
esas pildoritas líricas o poemas en prosa que a ti te gustaron en momentos
anteriores, y también unas pocas de las píldoras amargas que pertenecen a la
serie “Diablo mundo” y que aparecerán a finales de año en la Revista de Occidente. Con eso, queda completo
el libro que se titulará En qué mundo
vivimos, integrado por las secciones “Diablo mundo” y “Dias feIices”, de las
Obras Narrativas, más esas pequeñas adiciones que te digo. Veremos dónde se publica.
Yo quisiera, puesto que es un voIúmen breve de textos muy concentrados, una
edición de lujo, con ilustraciones. Me parece que bien vale la pena. En enero
pienso volver a España (pues tengo libre el trimestre de invierno, enero, febrero
y marzo), y entonces me ocuparé de eso.
Entre tanto, salió en Alianza la edición de bolsillo de El fondo del vaso y en Andorra, nueva
empresa de Aymá, una edición bastante bonita de Los usurpadores, así como los artículos de La Nación, que conoces, sobre la estructura narrativa, en un
cuaderno de Taurus, del que no te puedo enviar ejemplar, pues no tengo ninguno
de los pocos que me dieron. Tu amigo el P. Aguirre te proveerá o habrá provisto
de uno. Por cierto, he cancelado el compromiso que con él tenía para la serie
de textos españoles por razones que sería largo y dificil explicar por carta,
pero que ya te explicaré verbalmente cuando nos veamos. ¿Cuándo crees que podrá
ser? Yo me pienso ir a Chicago para mediados de septiembre, y alli estaré, con
breves escapadas a Nueva York, hasta navidades. No sé cuáles serán tus planes.
Escríbeme largamente, y te contestaré con la misma o aun mayor extensión. Esta
carta es sólo para reanudar el contacto contigo, interrumpido durante varios
meses. Cuéntame de tu viaje, de tus impresiones sudamericanas, de todo. Yo, la
verdad, poco tengo que contar, pues mi estada en Madrid se ha reducido a llevar
la niña a la escuela y recibir periodistas que me han hecho interviews numerosas,
donde, claro está, uno siempre dice más o menos las mismas cosas.
Quedo, pues, a la espera de tus noticias, y te envio un gran
abrazo con los recuerdos de la familia
Ayala.-