Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (08/08/1968)
Madrid, 8
de agosto de 1968
Querida [sic] Damián:
Vea los inconvenientes del no escribir.
Si usted pasó por Madrid raudo cual golondrina, sin parar mientes en nuestra
presencia, nosotros ignorábamos la suya en París el 24 de julio, fecha anterior
a la de su carta, en que pasamos con nuestro auto por delante de su casa (y
dedicamos a usted el oportuno recuerdo, pensándole en Buenos Aires oú qui sais ou) cuando,
para conseguir el vellocino de oro de una visa checa, que solo en París se
otorga, hubimos de atravesar la capital del desarroi mental y
de las tinieblas (antes de las luces y de la razón) para ver qué es lo que
pasaba con los checos. En fin, el viaje fue interesante, tal sería la palabra,
y como no puedo escribirle un mamotreto, concentró en ella mis impresiones.
Ahora estamos aquí de vuelta, por unos dias, tras de los cuales iremos a
Santander, recalando quizás en Salamanca al regreso, y por último, el 3 de
septiembre, tenemos reservado el pasaje para Nueva York y la nieta, que
esperamos nos espere con los bracitos abiertos.
Cuando vea a los de Aguilar, que será
dentro de un par de dias, les hablaré de su libro con no fingido entusiasmo; y
crea que si ellos lo publican será el mejor sitio, en cuanto a solidez y
repercusiones crematísticas para su autor, donde pudiera colocarse.
Pudiera ser (nunca se sabe), que a
final de año o principios del otro vaya por unas semanas a Buenos Aires. Pero
falta que se concrete el proyecto.
Puesto que ha hablado con Julio, le
supongo enterado (y aún por otras fuentes) del divorcio Albornoz-Enjuto. Ella
ha estado aquí, y la hemos visto con frecuencia. Él, no ha venido. En fin, cada
cual persigue la ilusión de su felicidad como Dios le da a entender.
Abrazos de
Ayala.-