Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (15/01/1959)
15 de enero 1959
Querido Ferrater:
Hablé
con el chairman, Mr. Pane, quien
ha [sic] su vez ha llevado
inmediatamente el “problema” a la Administración; y aunque ésta aún no
dicho [sic] su última palabra, podemos desde luego interpretar los datos de la
situación de modo favorable a nuestros planes. En efecto, su reacción ha sido
ofrecerme el sueldo regular de full professor aquí, que es inferior al ofrecido
por Bryn Mawr, y tratar de compensarme de la diferencia proponiéndome que, por
el expediente del “trabajo de investigación”, mi actividad en Rutgers se
reduzca a la mitad (digamos, a un día por semana). Aunque uno de los más altos
ideales de la vida humana, en el que yo me comulgo fervientemente, es el del
noble ocio, mi respuesta ha sido negativa; es decir, que tendrían que igualar
la oferta de ustedes para que me quedara; y mi impresión, concordante con la de
Pane, es que eso no pueden hacerlo, porque siendo universidad del Estado, sugeta
[sic] a presupuesto legislativo, no
tienen en verdad margen para negociar a base de sueldos, sino tan sólo mediante
recursos como el sugerido, y que, combinado con el hecho de la proximidad a
Nueva York, podría ser un aliciente muy fuerte para mí, si no tuviera en cuenta
otros factores no menos considerables.
Así,
pues, y aunque la aceptación oficial se la dirigiré, como es lógico, a la Srta.
McBride dentro de pocos dias, te escribo enseguida para que sepas tú, y para
que lo sepa la Sra. Marshall, que prácticamente es ya cosa hecha. Excuso
decirte que me alegro mucho, una vez tomada la decisión, por todas las cosas
que bien sabes y que no explayo para no regalarte el oido (o, en este caso, la
vista). Una de ellas es nuestro proyecto de una revista; y esa si la menciono
porque, pensando en él, se me han ocurrido algunas consideraciones que quiero
comunicarte. Por ejemplo: habíamos hablado siempre de una publicación en
español, que cumpliría las funciones estimulantes y catalizadoras, así como
jerarquizadoras, tan necesarias en nuestro mundo intelectual, incumplidas
(sobre todo las últimas) por revistas como Cuadernos.
Pero, en cambio, descuidaría algo que me parece quizás más importante: colocar
el pensamiento de habla española (si así puede decirse, si el pensamiento tiene
un habla, que yo creo que sí) en condiciones de ser conocido fuera del área del
idioma. Los hispanoparlantes intelectuales todos leen inglés y francés, por lo
menos; pero en el ancho mundo, ¿quién lee español? ¡Que lo lean!, se dirá.
Bueno, sí; pero... En fin, la cuestión es si no convendría dar los textos
traducidos, o en edición bilingüe, o con un resumen en inglés tras de cada uno.
Son cuestiones a estudiar, antes de presentar el plan a quienes puedan
subvencionarlo. Otra cuestión sería la de formar un comité de advisers lo
bastante amplio, y lo bastante adecuado, para que resulte respetable y no
embarazoso... Pero ya habrá tiempo de planear todo esto.
Te
agradezco que escribieras a Gorkin. Después, el impaciente Rodríguez Alcalá me
escribió diciéndome, desesperado, que había remitido el artículo a la revista
de la Universidad de Buenos Aires; yo le he contestado que no es óbice, pues
ahí, si aparece, será como enterrado; y sé que a Cuadernos no le importa que sus artículos aparezcan también en
otras revistas.
Termino,
porque suena el timbre y es un poeta puertorriqueño que viene a darme una gran
lata. Antes de que suba quiero haber terminado esta carta.
Saludos
y abrazos de
Ayala.-
[Escrito a mano:] Supongo que no
habrá inconveniente para lo del fondo de retiro.