- FECHA
- 22/01/1953
- REMITENTE
- Francisco Ayala
- DESTINATARIOS/AS
- Francisco Romero
- DESTINO
- Eduardo Costa 2660. Martínez, Buenos Aires
- ORIGEN
- Universidad de Puerto Rico
- FICHA DESCRIPTIVA
[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO / RIO PIEDRAS. PUERTO RICO / EDITORIAL UNIVERSITARIA
- DEPÓSITO DEL ORIGINAL
- Archivo familiar
Carta de Francisco Ayala a Francisco Romero (22/01/1953)
22 de enero de 1953
Sr. Francisco Romero
Eduardo Costa 2660
Martínez (Provincia de Buenos Aires)
Buenos Aires, Argentina
Mi querido Romero:
Aunque he sabido de usted una y otra vez por vía indirecta, y sobre todo por la directísima vía de sus escritos, quiero cumplir ahora el propósito que hace tiempo tenía de escribirle dándole algunas noticias de nuestra vida y milagros por el mundo exterior. Pero ha pasado tanto tiempo desde que salí de ahí, y por otra parte es tan probable y quizás seguro que usted también esté informado indirectamente de mis cosas, que la verdad, no sé por donde empezar. Empezaré por decirle que la venida de Carpio puso en mi poder un ejemplar de su Teoría del Hombre –prestado, por supuesto– y con eso tuve la oportunidad tan deseada de conocer el libro de cuya gestación y terminación sabía por José Luis. Por supuesto, no voy a hacerle comentarios en esta carta, ya que sería necesario emplear muchas hojas para hacer un mero resumen de lo que hemos conversado Carpio y yo. Lo único que le diré es que me gustaría recibir un ejemplar propio, y si el ínclito y nunca bien ponderado Losada no quiere darlo, tendré mucho gusto en remitirle el importe para que lo sume al pedido que por decisión mía le hicieron de El poder en los Hombres y en los Pueblos de Bertrand Russell, en virtud del cual salió del "clavo". Yo quiero tener su libro en lo que llamaría mi biblioteca, sino fuera porque los viajes y cambios de residencia me imponen una dispersión lamentable; en todo caso, tenerlo conmigo.
Aparte de la dirección del curso, cuyo contenido conoce usted más o menos por el libro que le hice enviar desde España, estoy ahora al frente de la Editorial Universitaria, donde he iniciado una serie de publicaciones para algunas de las cuales voy a pedirle su cooperación. Vaya pensando en algún clásico del pensamiento, que tenga usted gusto y gana de editar, con un estudio preliminar; y mejor aún, dígame unas cuantas posibilidades dentro de lo que usted estaría dispuesto a emprender, para que de ese modo le ofrezcamos a esta universidad la ventaja y el honor de su colaboración.
También vamos a sacar ya la revista que desde hace tanto tiempo se proyectaba, pero hacia cuya publicación no se dió otro paso sino el de pedir unos cuantos artículos que por una u otra causa se han quedado todos inutilizables, entre ellos el de usted, cuyo contenido ya no es inédito. Volveré a escribirle en relación con la revista (su título es La Torre), con vistas a una nueva colaboración.
En estos días acabo de regresar de un viaje, a México primero, donde tuve que hacer varias gestiones relacionadas con ésta y otras publicaciones, y donde me encontré a Orfila recién llegado de Buenos Aires y pude tener por él noticias frescas de todos ustedes; y a Nueva York después, para pasar el año nuevo con Nina y la niña, que ahora están allí por causa de los estudios de la última. Ví la escuela de arquitectura y tuve la satisfacción de comprobar que ha comenzado con buen pie en esa carrera, de modo que estoy contento y compensado del sacrificio que supone la separación. En familia, los hemos recordado a ustedes, imaginando cómo estarán las niñas y sobre todo Panchito, después de estos años transcurridos.
Yo siempre tengo ganas y hasta propósitos de darme una vuelta por Buenos Aires; pero no sé cuando será, ya que el gasto es demasiado grande para incurrir en él sin un pretexto plausible. A lo mejor surge de pronto una oportunidad y caigo por ahí.
Me gustaría mucho recibir carta suya, lo más amplia posible en noticias y comentarios acerca de todo y de todos; pero no me atrevo a pedírselo con demasiada insistencia, ya que mi propia escasez epistolar me confiere dudosos títulos para ello.
Salude de mi parte cordialmente a Annelise y a su mamá, y así como a los muchachos, y usted recibe un abrazo de,
Francisco Ayala.-
FRANCISCO AYALA
Director
Editorial Universitaria
FA:bmr