- FECHA
- 27/09/1959
- REMITENTE
- Ilsa Barea
- DESTINATARIOS/AS
- Francisco Ayala
- DESTINO
- 54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
- ORIGEN
- 10 Lansdowne Crescent
- FICHA DESCRIPTIVA
[Carta mecanografiada con firma autógrafa]
- DEPÓSITO DEL ORIGINAL
- Fundación Francisco Ayala
Carta de Ilsa Barea a Francisco Ayala (27/09/1959)
10 Lansdowne Crescent,
London W. 11.
27 de septiembre de 1959
Sr. D. Francisco Ayala,
54 West 16th St.,
New York 11.
Mi querido amigo:
Le debo mis sinceras gracias por su carta, tan cordial y halagüeña, y por su interesantísima novela. Me gusta, me gusta mucho, y espero –“I hope”– que Mr. Emile Capouya podrá consentir a mis condiciones, porque de todos los libros que recientemente he tenido que traducir, éste se destaca por una cualidad intelectual que me atrae de veras.
Le envío la copia de la carta que mando al Sr. Capouya, para evitar una pérdida de tiempo. Verá que la mayor dificultad –y no he exagerado– es el tiempo. No lo he mencionado en la carta a Macmillan que mi salud no siempre me permite la cantidad de trabajo a la que estaba acostumbrada; tengo algunos alifafes muy molestos, sobre todo una diabetes que, aún ahora que está lo que llaman estabilizada, necesita cierta precaución. Cuando paso por una racha de cansancio excesivo, cosa inevitable, tengo que pararme si no quiero tener un relapso. Por lo tanto, no me es posible hacer lo que hacía antes, trabajar noches enteras. Total, para la traducción de Muertes de perro (¿y qué título en inglés sería el mejor equivalente?) necesitaría seguramente lo que he dicho al Sr. Capouya, a lo menos [sic] cuatro meses. También es verdad que digo a él [sic], que la tarea es difícil por los diferentes planos de estilo: el estilo del narrador, el de Tadeo Requena y el de las manifestaciones oficiales son tan distintos entre sí que habrá que experimentar hasta lograr una buena solución. En fin, espero que salga todo bien. No sé qué piensa Vd. del honorario que he propuesto. Pero, francamente, no soy un traductor barato –y además, en términos de los Estados Unidos no me parece pedir demasiado. Al fin y al cabo, tengo que vivir de ello, como free-lance sin otros recursos. Y hay tantas cosas que hago, que me gusta hacer, y que no dan un céntimo…
Me recuerdo bien de su Cabeza de cordero [sic], libro que mandó a Arturo hace años y que nos gustaba mucho a los dos, aunque me temo que Arturo, como de costumbre, nunca le dió las gracias. Tenemos, usted y yo, unos amigos en común, sobre todo a José Maria Domínguez. Y ¿me equivoco si creo que usted ha conocido a mi primer marido en Praga, a Leopold Kulcsar? Ya sé que esto, si es así, puede haberle causado alguna, digamos, inhibición hacia mi persona: pero ¡han pasado tantos años y tantas cosas!
Ahora hay que esperar lo que digan los de Macmillan. Pero si el trato se cierra, creo que usted sabrá que yo haré mi mejor [sic] para su libro. Y le agradezco de antemano todo que [sic] pueda hacer para ayudarme en la tarea. Sólo le advierto que, por más que sea leal al autor, soy de los que creen en una traducción imaginativa, es decir, no aferrada a la letra del original sino más bien explorando el sentido, la intención, la atmósfera y las asociaciones mentales. Ya conoce aquel refrán de las traducciones que no son fieles si son bellas, y no bellas si son fieles: hay algo de verdad en esto. Mejor dicho, creo que muchas veces, siendo el traductor fiel al texto en el sentido de gramatica y sintaxis, lo traiciona espiritualmente. Claro que mi colaboración con Arturo me ha mimado; pero sinceramente dicho, confío que no tomo libertades arbitrarias.
Bueno: que esto sea el principio de una colaboración fructífera.
Reciba el más cordial saludo de su amiga
Ilsa Barea
[Copia de carta dirigida a Emil Capouya:]
10 Lansdowne Crescent,
London W.11.
27 September, 1959
Mr. Emile Capouya,
Editor The Macmillan Co.,
60, Fifth Ave.,
New York 11, N.Y.
Dear Mr. Capouya:
Francisco Ayala tells me in a letter dated 21 September that you would like me to translate his Muertes de perro, provided, of course, I find the task congenial and can agree with you about conditions.
I have read the novel, at least superficially, last night, and find it an impressive piece of work. It would indeed please me to work out a decent translation –not an easy job by any means, and all the more attractive.
The greatest difficulty is time. I have first to finish the most urgent jobs that have accumulated on my desk, not last translations and work connected with my late husband’s papers, before I can start on a new thing. Admittedly I would in the meantime be able to get through the preliminaries, by which I mean, above all, several careful readings of the book so that I get sufficiently imbued with its intricacies, and can experiment with the English equivalents in style on the different levels Ayala has been using. But I doubt whether I would be able to start with the translation itself, i.e. the typing, before the middle of December. I always type several versions, and have the last but one checked by an English friend who is a writer, so as to avoid any tinge of “foreignness”. Muertes de perro depends largely on subtleties of style if it has to make its impact; I am sure you will agree on this point. Hence it would be a mistake to try any short-cut when translating it. I calculate that the actual translation will take me all of four months, since I would never be able to drop all other work completely, a move that would be disastrous for me. In brief, if you still wish to entrust this translation to me, I could commit myself to no earlier date for the delivery of the MS. fit for the printers than the last of April –and this with certain qualms. If your production program were to permit ampler time, say, the end of May or middle of June, I would be delighted.
As to the financial side, I suggest the U.N. scale for abroad, which is twelve dollars a thousand words, with half of the computed fee payable on agreement or the signing of a contract, and half on delivery of the complete translation. This is my invariable arrangement with British publishers.
I am sorry about the difficulties that arise out of my time-table, but you will understand that I must give first priority to genuinely urgent older commitments. Even so, I sincerely hope we can come to an agreement: I hope so because I want to translate this particular book. It seems rather important to me, and I believe I would do it justice.
Sincerely,
Ilsa Barea